VENEZIA

July 31, 2016

De Budapest nos tomamos el peor colectivo del mundo a Venecia. Después de ocho largas horas de viaje nos dejaron a las 6 de la mañana en el estacionamiento de autos de Venecia donde no había nadie más que un francés perdido que se bajó del colectivo en la estación equivocada. Se nos acopló para encontrar la forma de ir al centro y resulta que era un estudiante de teología protestante que quería convertirnos. Por suerte lo tiramos en la estación de tren y no tuvimos que hablarle más (intentó intercambiar números de teléfono inclusive).


Venecía fue un poco rara. No caben dudas de que el tema de los canales y callejoncitos la hace muy pintoresca, pero también esta muy venida abajo y bastante sucia. No solo los canales huelen feo y tienen cosas flotando sino que también hay mucha basura en las calles.


Como es tan turística también pasa que no se siente como algo real. Parece más una maqueta para ir a recorrer que un lugar donde realmente viva gente. Es muy interesante de ver igual. Lo único es que creo que nosotros pasamos demasiado tiempo ahí. Fuimos por tres días cuando dos hubiesen sido más que suficientes. Pero bueno, también aprovechamos a descansar mucho que está bueno poder hacer en las vacaciones. Sobre todo si planeas volver del viaje para irte del aeropuerto directo al trabajo.


Hay negocios muy interesantes como esta biblioteca en la que caímos por accidente aunque todo está hecho muy para turistas con los italianos intentando estafarte.


Caminamos un montón por Venecia. En serio es muy linda para recorrer, muy distinto a cualquier otra ciudad.


También hicimos mucha siesti.


Un día íbamos caminando y nos cruzamos al francés pastor! Por suerte no nos reconoció y no siguió intentando convertirnos.



Una de las noches fuimos a caminar por la zona del Dorsoduro que nos gustó mucho más porque no era tan turística. Había un montón de restaurants que parecían buenos y aprovechamos a tomarnos un Aperol Spritz que es la bebida de moda en Europa ahora. A mí no me gustó tanto porque no es tan dulce pero a Leo le gustó.


Un día aprovechamos a tomarnos el vaporeto y visitar las otras islas. Fuimos a Murano, Burano y Torcello. Estuvo lindo pero tampoco había tanto para hacer ahí, eran súper turísticas, puros negocios de vidrio de Murano.
En Burano le pedimos a unos gallegos que nos sacaran una foto. La mujer estuvo tres horas intentando sacar la foto y nos decía que no salían. Después el marido agarró el teléfono y nos sacó dos fotos. Cuando volvíamos a Venecia miramos el celular de Leo: 86 fotos iguales. La mujer sacó 84 fotos. Nos movemos medio milímetro en cada una.


El primer día en Venecia le erramos con la comida nuevamente como en Roma. Por suerte después mejoró un poco. Descubrimos un lugar de "Pasta in a box" que básicamente era una fábrica de pasta donde hacían tres tipos de pasta, te elegías una y una de ocho salsas, la cocinaban en el momento y te la servían en una caja similar a las de take-away chino. Estaban bárbaras. Comimos tres veces de esas pastas.
Una noche descubrimos el "Bar de Pepe" como lo bautizamos, ni idea cómo se llamaba, donde nos compramos unas cosas para picar y unas copas de vino. Pepe nos dejó llevar todo al puentecito que tenía a unos metros y sentarnos a comer ahí.


Otra noche fuimos a picar algo a un lugar que nos había recomendado Mic, el italiano. El lugar no era muy lindo pero la comida estaba rica. La última noche encontramos otro bar lindo donde picamos unas bruschettas y tomamos vino.
Vale la pena mencionar que en Venecia sí encontramos helado muy rico.


Este era mi look respetuoso para entrar a lugares religiosos. Te vendían el trapo ese por 1€ para cubrirte las piernas y hombros.

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1 comments

  1. Aunque te quejes las fotos son hermosas y se los ve muy contentos! a mi me dan ganas de ir!

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